Como una forma de contribuir a la prevención y promoción de información con sustento y evidencia científica a la comunidad universitaria y general, la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción organizó el seminario “Actualización sobre el consumo problemático de drogas en Chile”, en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas que se conmemora cada 26 de junio.
El encuentro se organizó en conjunto con el Programa Interdisciplinario de Drogas PID Udec y participaron como expositores el Dr. Fernando Sepúlveda B. Prof. Asistente de la Facultad Ciencias Biológicas; Bayron Martínez U. Director SENDA Biobío; y la Dra. Carmen Gloria Betancur M. Prof. Asociada Facultad de Medicina.
A pesar de las múltiples campañas de prevención realizadas, el consumo de drogas sigue siendo una situación muy preocupante a nivel país. Entre los aspectos de mayor cuidado en el abordaje está el adelantamiento de la edad de inicio de la ingesta, comentó el director regional del Senda: 13,6 años alcohol, 13,8 años tranquilizantes sin receta médica; 14,4 años marihuana y 14,7 años cocaína. Cada año, agregó, la institución otorga tratamiento a 6,9 millones de personas, de las cuales cerca de un 20% presentan consumo problemático de sustancias.
El Dr. Fernando Sepúlveda, comentó y compartió importantes resultados de trabajos de investigación científica y metaanálisis con que cuenta la Universidad de Concepción los que si bien evidencian que el consumo de sustancias provoca algunos cambios morfométricos de la estructura cerebral, lo que importa realmente es el impacto que las drogas tienen en la funcionalidad de este vital órgano. “Creo aquí que lo que más importa es el mensaje porque se ha explorado en pacientes consumidores de cannabis, a través de técnicas de registro cerebral, regiones del cerebro que están significativamente inhibidas en el lóbulo frontal y en la región prefrontal y que son muy relevantes en el individuo en lo que se refiere a la planificación, al control ejecutivo, al procesamiento emocional y afectivo que realiza, lo cual puede ser transversal para todo consumo de drogas”, expresó.
En tanto, la médico psiquiatra, experta en drogodependencias y Dra. en Salud Mental, Dra. Carmen Gloria Betancur M., se refirió al fenómeno de drogas emergentes, evento vinculado a sustancias ya conocidas en un país, pero que muestran cambios en los patrones de consumo y/o en la composición química habitual, generando nuevos riesgos para la salud pública. Pueden implicar, agregó, aparición de nuevas sustancias psicoactivas (NPS), no obstante incorpora otras dimensiones como nuevos patrones y/o sentidos asociados al consumo. Este punto exige una gran atención pues se trata de sustancias de abuso en estado puro o preparados que no están controladas por la convención sobre narcóticos y que se encuentran categorizadas por su potencial terapéutico y riesgo de adicción. De hecho, comentó, que entre 2009 y 2023 se informó la aparición de 1.228 NSP a nivel mundial.
Al respecto, la académica explicó la mecánica de cómo operan los traficantes de nuevas drogas desde su diseño hasta la puesta a disposición en el mercado, proceso que está ampliamente organizado y va mucho más adelante que la actualización de los registros de drogas y su penalización.
Nuestra contribución desde la academia, dijo la Dra. Betancur, es compartir esta información con la comunidad, que las personas tengan conocimiento sobre la gravedad de este problema y que en lo posible, podamos fomentar la adquisición de herramientas de prevención y promoción de estilos de vida distantes al consumo de drogas, pues lamentablemente pacientes con consumo problemático requieren de al menos 2 años de tratamiento. “Cuando un problema de salud afecta a más del 20% de la población se tiende a bajar la percepción de riesgo, siendo que debiera ser absolutamente al revés”, reflexionó.
Además de público general, estudiantes y académicos participaron también en el encuentro trabajadores y trabajadoras de la Universidad que se encuentran asistiendo al Taller de Parentalidad Positiva, cuyo objetivo es entregar herramientas para la crianza y el fortalecimiento de habilidades parentales para la prevención del consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas en padres, madres y/o adultos cuidadores de menores entre 9 y 14 años.